El fabricante coreano lo tiene claro, la movilidad eléctrica es el futuro,
pero no la modalidad escogida por la mayor parte de los fabricantes
donde la batería es el protagonista, Hyundai ha visto que la pila de combustible de hidrógeno es la mejor solución para una circulación sin emisiones. La apuesta es clara y para confirmarlo este mismo año se entregarán las primeras unidades
en formato de leasing en una producción que en los próximos dos años
alcanzará las 1.000 unidades antes del comienzo de su producción en
serie.

Esto sucederá en 2015, fecha que está marcada en rojo por
fabricantes como la propia Hyundai o Mercedes, y que será el comienzo de
una producción en cadena de la que será la primera generación comercial
de coches impulsados por una pila de combustible. Pero antes de esa
fecha, Hyundai quiere ser el primero en comenzar las entregas a particulares, y para ello ha presentado en París la última evolución de su sistema de hidrógeno, que será un 10% más eficiente que la generación anterior, con unas cifras de prestaciones realmente llamativas.



Según Hyundai, la nueva versión podrá recorrer hasta 588 kilómetros
gracias a los 5,6 kilos de hidrógeno almacenados a 700 bares en el
depósito, con una velocidad máxima limitada a 160 km/h y una aceleración
que le permite alcanzar los 100 km/h en apenas 12.5 segundos gracias a un motor de 100 kW de potencia.
La nueva versión además contará con una nueva batería de litio que le
permitirá apagar la pila de combustible en las paradas y que funcionará
como un sistema stop&;start, proporcionándole la posibilidad de moverse sólo con la ayuda de la batería a bajas velocidades.

A una autonomía casi infinita, debemos sumar que los tiempos de recarga
logran eliminar uno de los principales problemas de los coches
eléctricos, algo que desaparece en modelos como el ix35 FCEV que logra repostar en menos de cuatro minutos.
Paro a pesar de que los números son impresionantes, son muchas las
sombras que se ciernen sobre esta tecnología a nivel particular, ya que a
pesar de que su potencial en la industria es tremendo, llegar al
mercado general supondrá la creación de una basta red de distribución de hidrógeno, una red muy costosa que tendrá que luchar contra los miedos hacía el almacenamiento de hidrógeno en zonas residenciales.



Pero además tendrá que luchar contra un sistema donde la distribución estará en manos de unos pocos, y un planteamientoal
que los particulares han estado atados por más de cien años y donde los
propietarios de estos vehículos seguirán dependiendo de una red de abastecimiento
que podrá controlar los precios a su antojo, como lo están haciendo con
los carburantes fósiles, mientras que un coche eléctrico con batería
siempre podrá echar mano de una instalación solar o eólica.