Dos eran las opciones británicas para fabricar el nuevo Alpine
de Renault. La primera era la obvia y por la que nosotros habíamos
apostado: Lotus. La compañía de Hethel había puesto toda la carne en el
asador, y contaba en su haber con el desarrollo del Infiniti Emerg-e.
Propuso una oferta a la alianza Nissan-Renault para montar tanto el
citado deportivo eléctrico de la marca de lujo de los nipones como el
nuevo Alpine, pero la tormenta desatada por la llegada de DRB a su
capital, el despido de Dany Bahar, y la cancelación de todos sus nuevos
productos supuso un mazazo en su línea de flotación y la cancelación de
la oferta.

Caterham, involucrada en el desarrollo de su "anti-Elise" propio, y con relaciones cordiales con Renault (ya te habíamos contado
que sus nuevos deportivos iban a usar motores 1,6 Renault y se
extienden también a la F1), necesitaba repartir costes de su nuevo
chasis, y será finalmente con Renault con la que inicie esta aventura.

Renault habría puesto sobre la mesa 50 millones de euros para sacar
adelante esta idea, y colaborará proporcionando motores franceses y
dinero por cada coche vendido. Caterham podrá costear parte del
desarrollo de su nuevo modelo, creado por muchos ex-ingenieros de Lotus.

No hay confirmación oficial por el momento de esta asociación, algo que podría llegar a lo largo de las próximas tres semanas, pero Autocar ha publicado ya el acuerdo que entre británicos y franceses devolverá la vida a Alpine a corto plazo.