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Los
existen de infinidad de formas, colores, fijos y móviles; y aunque
parecen inofensivos, los hay que son salvajes y hasta pueden atacarte en
cualquier momento. Os hablo de los bolardos. Al parecer, en Valladolid ha proliferado un modelo capaz de emboscar a los vehículos produciéndoles graves desperfectos.
En Valladolid se ha instalado un bolardo que se esconde en el suelo al paso de vehículos que disponen de una célula de presencia. Lo grave del asunto es que al estar temporizado, si te detienes más tiempo de la cuenta, el bolardo se eleva y te destroza el coche, con todas sus consecuencias.
Según el Ayuntamiento de Valladolid, el bolardo esta bien señalizado y no se hace responsable de los desperfectos. Además, se rechaza la opción de sustituirlo por una barrera fija por cuestiones de estética.